“En lo personal estuve mucho más tranquilo. Mas preparado mentalmente, con respecto a la primera participación. En este nivel de exigencias tan extremas eso es muy importante” abrió Miguel la conferencia.
“Con el vehículo todo mal. Nosotros en la primera etapa a los 20 km de haber largado, rompimos un tensor trasero. Eso significó una herida de muerte porque un tensor es una pieza sumamente importante. Sobre esas piezas se estuvo trabajando en los talleres de Necochea pero se rompió igual. La reparación llevó muchas horas y empezó a generar incomodidad dentro del equipo ya que teníamos una falla que no iba a dejar llegar el auto al ritmo que yo pretendía. En el Dakar, un gran porcentaje es la suspensión, que si no está sólida es muy difícil hacer muchos kilómetros. Este problema hizo que el primer día termináramos a las 4 de la mañana y ahí, como dicen los franceses, es donde el Dakar te empieza a ganar”.
La etapa más compleja fue la del Nihuil. Fue una etapa fácil de movida pero habíamos dormido muy poco. Después los primeros kilómetros eran de piedra floja, rota y filosa entonces no se podía avanzar a más de 50 km/h. Después, un camino de arena muy pesada, con la rueda enterrada en un 50%. Veníamos con temperatura elevada, con el auto sufriendo, aunque para el tensor era bueno porque no tenía que trabajar tanto. Cuando llegamos al Nihuil, ya era de noche por lo tanto empezamos a perdernos. No teníamos ninguna orientación, a nosotros se nos genero una situación de mucho estrés. Mi acompañante quería abandonar y de hecho empezamos a irnos, tomando el camino alternativo para volver a la ciudad, pero bueno, me arrepentí y volví a los médanos. Dormimos y cuando amaneció pudimos ubicarnos. Llegamos a las 10 de la mañana y entregamos la tarjeta de finalización de etapa. Ahí nos comunican que 10.30 se cierra la largada, de modo que entramos, dimos la vuelta y volvimos a largar”.
Realmente fue una etapa durísima, con el arrastre de todos los problemas. Fue una prueba muy dura física y psicológicamente. Además, habiendo largado a las 10 de la mañana, largamos atrás de los camiones, así que el piso que nos tocó era un safari. Tratamos de buscar caminos alternativos, pero se rompió el segundo tensor. Lo reparamos como pudimos, subimos parte de la Cordillera, pero nos agarra la noche y caemos en una cortada de 3 metros de profundidad y quedamos haciendo equilibrio. Nos sacan, y seguimos peleando hasta finalizar la etapa más o menos a las 5 de la mañana.
En cuanto a los suministros para combatir el desgaste y las altas temperaturas el piloto comentó “llevábamos doble ración de agua y además una reserva de agua fría en una heladerita de 12 v, para una emergencia, cuando nos sintiéramos mal o no nos pasara más el agua a temperatura ambiente. Después fruta siempre a mano, fruta seca también es muy bueno, pasas de uva, almendras y ese tipo de alimentos que te van manteniendo. Yo en lo personal me sentí muy bien, inclusive en la recuperación que tuve después de dormir un rato”.
Sobre el final perdimos presión de aceite, con el auto muy castigado, así que decidí parar. Largamos la cuarta etapa, paramos, terminamos de reforzar lso tensores y cuando la queremos reiniciar veo que habíamos perdido presión de aceite. Estábamos a 20 km de la largada y eran las 7 de la tarde. Si el motor funcionaba bien mi idea era largar, porque iba a tener 14, 15 horas para intentar hacer la cuarta etapa. Pero con esa presión de aceite era arrancar para saber que nos iban a tener que ir a buscar quien sabe a dónde”.
“La gente realmente nos estaba esperando en todos lados. Cuanto más íbamos subiendo, más nos estaban esperando. Encontrábamos gente a las dos de la mañana realmente haciéndonos unos festejos muy lindos, muy emotivos”.
«Yo creo que esto ya es un tiempo cumplido. No creo que la Estanciera vuelva a estar en el Dakar, salvo que en mi círculo íntimo lo decidamos, que son mis hijos y mi señora. Creo que lo que mas rescato es el ejemplo que le dejo a mis hijos y a sus amigos de que el deporte siempre es bueno, para todos para chicos, para grandes, te vaya bien o te vaya mal.»
En cuanto a la organización dijo que “son excesivamente profesionales. Es un ejemplo de organización para eventos deportivos de alta complejidad. El sistema de asistencia es impecable, los tiempos, los horarios, no hay detalle que se les escape de las manos. Siempre todo alcanza para todos, hay duchas, baños, etc”.
“Los chicos argentinos, creo que le van a dar batalla, el Coyote con el mini es un candidato a ganarlo directamente y Terranova también, están muy afilados los dos. Ya les demostraron que no son fáciles”.
“estamos empezando a analizar si competiremos con otro vehículo. La idea es que si volvemos vamos a ir a la categoría T2, donde es mucho más limitado lo que se puede hacer, con un auto de producción de fábrica”.
En cuanto a una apoyo oficial del gobierno dijo “reconsideraríamos retomar el proyecto, estamos abiertos. Somos apasionados de esto y no vamos a perder las oportunidades. Muchas veces la cuestión presupuestaria es la que te lleva a no completar la prueba, así que bueno estamos abiertos”.