La Justicia dictó la prisión preventiva para el policía Maximiliano González acusado de matar de un disparo en el pecho al adolescente Luciano Olivera (16) en Miramar, el último 10 de diciembre.
El juez Saúl Errandonea avaló la imputación de la fiscal Ana Caro al detenido por el delito de “homicidio triplemente agravado por haber sido cometido por miembro de una fuerza de seguridad, mediante el empleo de armas de fuego y con alevosía”.
A partir del fallo del juez, González seguirá alojado en la Unidad Penal Nº 44 de Batán y en función del delito que pesa sobre él podría ser condenado a prisión perpetua en un futuro juicio oral.
En su pedido, la fiscal Caro había solicitado que el policía permaneciera detenido por la pena en expectativa y por el peligro de entorpecimiento de la investigación que podría existir si el acusado fuera excarcelado.
Caro consideró que “existen indicios de que el imputado en libertad intentaría fugar y de esta forma eludir la acción de la justicia, atento el monto de pena prevista para el delito que se le atribuye, sumado a la circunstancia que resulta ser efectivo policial, pudiendo en libertad contar con recursos para sustraerse a la investigación o entorpecer la misma”.
Para la fiscal, está acreditado a través de diversos testimonios y pruebas obtenidas en la investigación que González asesinó de un disparo a Olivera, en la madrugada del viernes 10 de diciembre.
Caro señaló que un móvil policial comenzó el seguimiento de una moto marca Yamaha YBR 125, conducida por el adolescente, hasta la intersección de avenida 9 entre calles 34 y 32, de Miramar.
Allí, “Luciano Olivera se encuentra de frente con otro móvil policial siendo una pick up Toyota Hilux, que se incorporó a la interceptación” de la víctima.
El patrullero frenó “bruscamente sobre la Avenida 9 en dirección al mar, al observar al joven en el motovehículo sobre la Avenida 9 en sentido contrario y en dirección hacia Av. 40, descendiendo tres efectivos policiales en el lugar y quedando una cuarta efectivo dentro del móvil, quienes habrían dado la voz de alto”.
Según la fiscalía, “el oficial de Policía Maximiliano Abel González, quien había descendido del lado izquierdo trasero del aludido móvil policial, y actuando sobre seguro, con claras intenciones de darle muerte -toda vez que el joven Olivera no poseía elemento alguno que pudiera poner en riesgo inminente la vida del personal policial actuante ni de terceros-, extrajo su arma reglamentaria pistola marca Bersa calibre 9 milímetros -que contaba con 14 municiones”.
De acuerdo a la instrucción, el acusado efectuó un disparo “en forma sorpresiva contra la humanidad de Luciano Olivera”.
Las pericias determinaron que “el arma posee un funcionamiento normal en todos sus mecanismos, en particular los seguros que presenta”, por lo que descartan “la posibilidad de un disparo accidental por parte del imputado González”.
Por su parte, este efectivo se negó a declarar las dos veces que fue indagado por la fiscal de la causa.
Mientras que en el marco del mismo expediente fueron detenidos la semana pasada los policías Nelson Armando Albornoz, Rocío Mastrángelo y Kevin Guerricagoitia, quienes acompañaban al presunto autor material en el patrullero, y que fueron acusados del delito de “encubrimiento doblemente agravado”.