La Fundación Mundo Marino rehabilitó 14 pingüinos magallánicos que pudieron regresar al mar esta semana en las playas de San Clemente del Tuyú.
Entre fines de marzo y principios de mayo de este año, estas aves marinas fueron encontradas en localidades del Partido de La Costa, Pinamar, Villa Gesell y Valeria del Mar, presentando cuadros de desnutrición, deshidratación, hipotermia y alta carga parasitaria al momento de sus rescates.
Además de la Fundación Mundo Marino, en algunos casos participaron de los rescates y rimeros auxilios otras instituciones como Fundación Ecológica Pinamar (en el caso de las localidades de Valeria del Mar y Pinamar), Fundación Rescate Verdemar (en el caso de Villa Gesell), el Grupo de Rescate de Fauna Silvestre (en el caso de San Bernardo, Santa Teresita y Mar del Tuyú), y Prefectura Naval Argentina (en el caso de Mar de Ajó).
El síndrome del “pingüino varado” fue el principal motivo de la aparición de estas aves en las playas bonaerenses. “Animales de bajo peso, deshidratados, anémicos e hipotérmicos y con alto grado de parasitismo”, detalló la situación de salud de los animales el biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, Sergio Rodríguez Heredia.
Además, expresó que estos pingüinos son “animales juveniles que están realizando su primera migración trófica” y que “estos animales absorben el agua a través del pescado, por lo que si no hallan alimento, se deshidratan. Por algún motivo, en su periplo migratorio, no están encontrando el alimento necesario para sobrevivir”.
Una vez rescatados, se los estabilizó con fluido terapia para enfrentar la deshidratación. Luego, se agregó sales rehidratantes, agua y poco a poco, pescados. También se les sacó sangre, con lo que se detectó infecciones y la necesidad de antibióticos.
Ante ello, Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino, señaló: “Afortunadamente fueron respondiendo bien al tratamiento y, luego de una segunda muestra de sangre que arrojó parámetros sanguíneos normales, determinamos que estaban aptos para regresar al mar”.
Antes de ser devueltos al mar, a cada pingüino se le colocó un microchip subcutáneo en la zona dorsal que demuestra su historia clínica en caso de ser asistido en otra parte del mundo.