Los distintos actores turísticos debieron adaptarse a las nuevas disposiciones sanitarias para recibir a los visitantes con las medidas de cuidado necesarias ante la pandemia de Coronavirus.
En este marco, las inmobiliarias pusieron en práctica un estricto protocolo sanitario, definido junto a las autoridades locales, para la limpieza de las propiedades.
El martillero público, Ariel Forciniti, señaló: “El protocolo tiene que ver más que nada con lo que llamamos sanitización y desinfección de las propiedades. Esas dos cuestiones son en las que más hicieron hincapié las autoridades al momento de informarnos a nosotros cómo nos teníamos que manejar”.
El profesional detalló: “El protocolo comienza desde el inicio de la contratación, la confección de la reserva para que la gente pueda tramitar el permiso en la aplicación cuidar verano. Desde ahí en el retén de general lavalle le van a pedir el permiso de su reserva y poder pasar hacia el partido de la costa. Una vez que están en la localidad nosotros los esperamos con la propiedad instalada, todo en funcionamiento, la esperamos en la puerta. Tratamos de hacer todos los contratos online, para tener el menor contacto posible con los turistas. Parte de los pagos se hacen personalmente porque la gente tiene temor de abonar todo el alquiler y que no pueda venir”.
Forciniti remarcó que “el contacto que tenemos con el turista es siempre manteniendo la distancia social y sólo para el pago, los contratos ya vienen firmados de forma virtual. La gente ingresa y empiezan a disfrutar”.
Sobre el trabajo que se realiza una vez que los inquilinos dejan la propiedad, indicó: “La tarea nuestra culmina con la limpieza y desinfección de la propiedad. Les pedimos a las personas que nos esperen con la propiedad lista para entregar. Cuando se retiran ingresamos con la gente limpieza, en primer lugar se hace la limpieza tradicional y luego se realiza una limpieza con hipoclorito, con lavandina al 70 por ciento, en todas las superficies y elementos con los que estuvieron en contacto las personas. Luego se hace otra limpieza con alcohol al 70 por ciento también repasando todas las superficies de uso común. Se extiende un recibo donde el operario de limpieza deja registrado su trabajo. Todos estos protocolos fueron establecidos por la secretaría de Salud, tuvimos varias charlas con la Municipalidad muy interesantes, con infectólogos, luego con Turismo que nos fueron guiando en cómo íbamos a trabajar este verano”.
Respecto de las consultas que realizan los visitantes, manifestó: “Lo que más le preocupa a la gente es que contraten el alquiler y después no puedan venir a disfrutar. Entonces nos preguntan qué cantidad de gente hay, cómo están las playas, el sector gastronómico. Tienen temor de venir y no poder disfrutar como temporadas anteriores”.