La autopsia determinó, según publicó el diario Clarín, que el ex funcionario municipal de La Costa tenía siete cortes en el cuello, en la cara, el tórax y el cráneo. Y que había sido quemado con agua hirviendo en las manos y en los pies.
De acuerdo con la hipótesis que tienen ahora en la Justicia, Miguel Ángel Gómez tenía previsto abandonar a su última pareja, una chica más joven y con algún antecedente penal. Se cree que esto empujó a la mujer a aliarse con alguien para matar al letrado. Pero ¿por qué la tortura? El hombre habría dicho en su entorno que tenía una suma amplia de dinero por un “trabajo” reciente. Eso no era cierto. Pero Marina Paola Irala y su presunto cómplice no lo sabían. Y lo habrían apretado para que dijera dónde estaba la plata. Hasta que lo mataron.
Cuatro días después del hallazgo del cadáver, la fiscal Virginia Bravo ordenó registrar dos casas. Una, donde vivía la pareja con la hija de ambos, en City Bell. Los peritos hicieron la prueba del luminol –que permite encontrar rastros de sangre aún cuando hayan sido lavados– y hallaron manchas hemáticas en las fundas de las almohadas en la habitación de la pareja. Además, los oficiales encontraron un palo de madera largo con manchas pardo rojizas, con el que se cree que el o los asesinos atacaron al abogado, por lo que ahora se espera el resultado de los peritajes de laboratorio que permitan determinar si la sangre se corresponde con el ADN de la víctima.