En medio de días con temperaturas muy bajas, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) informó a través de sus redes sociales oficiales cuáles son los síntomas de la bronquiolitis a los cuales hay que estar atentos y en qué ocasiones es necesario consultar con un médico.
Lo cierto es que la bronquiolitis es una infección respiratoria aguda que ocurre con mayor frecuencia en los meses de otoño e invierno y afecta sobre todo a los menores de 1 año. Puede ser causada por distintos virus, el más común es el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), según describe el Ministerio de Salud en su sitio oficial.
Esta enfermedad afecta las vías aéreas pequeñas, provoca distintos grados de dificultad para respirar. Al no existir tratamientos efectivos para el virus, es fundamental controlar que el compromiso respiratorio no afecte la oxigenación normal y asegurarse de que el bebé pueda alimentarse e hidratarse lo suficientemente bien, pese a la dificultad respiratoria.
Es importante consultar a pediatras si se ven los siguientes signos:
-Fiebre mayor a 38 grados.
-Agitación, respiración dificultosa o ruidosa, son silbidos (sibilancias).
-Hundimiento de las costillas al respirar (tiraje).
-Dificultad para alimentarse o dormir.
-Piel de color pálido o azulada, principalmente en labios y uñas.
Cómo prevenir la bronquiolitis
La cartera sanitaria nacional indica que «los virus que causan infección respiratoria aguda se transmiten de una persona a otra por el contacto directo entre las manos y superficies contaminadas, y a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando una persona enferma habla, estornude o tose». En ese sentido, hay que seguir las siguientes recomendaciones para prevenir:
-Mantener la lactancia materna.
-Tener las dosis de vacunas que contempla el Calendario Nacional de Vacunación según la etapa de la vida.
-Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.
-No exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de braseros o estufas a leña.
-Higienizar frecuentemente, con agua y jabón, los elementos del bebé (chupetes, juguetes) y las superficies donde se lo cambia o donde se preparan sus alimentos.
-Practicar el lavado de manos frecuente, a los niños y a los convivientes, con agua y jabón. Se puede reforzar la higiene con alcohol en gel.
-Ventilar los ambientes de la casa al menos una vez al día.
-Mantener alejados a los bebés de las personas que están resfriadas o tienen tos.
-Si los cuidadores principales tienen alguna infección de las vías respiratorias deben lavarse las manos, especialmente antes de alzar, cambiar o alimentar al bebé. Pueden usar el tapaboca como medida de apoyo, para evitar el contagio por secreciones.
-No se debe colocar tapaboca en los niños menores de 2 años.
-En los niños con más riesgo de bronquiolitis grave (menores de 3 meses, prematuros, con enfermedades crónicas) no está recomendada la asistencia al jardín maternal.