El control arrojó como resultado 0,20 gramos de alcohol por litro de sangre cuando el límite establecido por la ley para los choferes profesionales es cero. Luego, se procedió encontrar un conductor alternativo para que los pasajeros puedan llegar seguros a destino.
Al respecto, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, afirmó que «esta actitud es una completa falta de respeto por las normas pero principalmente una depreciación de la vida, más aún si consideramos que es un conductor profesional y que no debe tomar una sola gota de alcohol si va a manejar».