Desde este miércoles 1 de noviembre comenzó a normalizarse la distribución de combustibles, sin embargo las petroleras aplicaron una nueva suba.
Tanto YPF, como Axión y Shell aumentaron los valores en todo el país en un 7,6% promedio.
Se trata de una suba inferior a la que quería aplicar el sector. “En las últimas horas, escuchamos pedidos de aumento del 40%, del 20%, del 10%, muy por encima de la realidad que un sector de los grandes ganadores de la economía argentina necesitaba a los efectos de seguir invirtiendo”, dijo el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, esta mañana cuando ya las carteleras de las estaciones de servicio estaban actualizadas.
La suba, que puede oscilar entre el 5 y el 10% de acuerdo a la zona, la petrolera y el tipo de combustible, llega después de una semana conflictiva donde se registró un importante faltante en las estaciones de servicio.
Además, para evitar que el ajuste en los surtidores sea mayor, el Gobierno pospuso el incremento de los impuestos que impactan directamente sobre el precio de los combustibles. De esa manera, los nuevos aumentos incidirán recién en febrero de 2024.
Los precios de los combustibles aumentaron en el año alrededor de 76%, mientras que la inflación acumulada hasta noviembre es del 120%.
A cambio, el Ministerio de Economía les ofreció a la industria petrolera diferir los pagos de derecho de exportación (retenciones) hasta fines de marzo, para que les vendan a las refinadoras el barril de petróleo a US$56, muy por debajo de los US$85 al que cotiza el Brent, la referencia internacional utilizada en el país.
Paralelamente, el Gobierno volvió a postergar hasta febrero el aumento del impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) por novena vez seguida, para evitar aplicarle más presión a los precios.