El secretario general de la UPG, Sebastian Cabanchik, detalla: «Cuando nuestros representante quisieron ingresar a la reunión en el Concejo Deliberante, 40 guardavidas -en su mayoría del conurbano bonaerense- quisieron mediante agresiones físicas severas prohibir el ingreso al recinto, llegando a provocar que nuestro secretario gremial, Absalón Andrade, pierda el conocimiento a causa de una llave al cuello». Además, agrega que «también nuestro tesorero Ignacio Jaca Basti fue tomado de los pelos y muy golpeado de la forma mas cobarde, de atras y entre muchas personas».
El encuentro pautado y del cual participaron concejales del oficialismo y la oposición tenía como motivo saber cuales eran los guardavidas que habían ingresado el 15 de noviembre, a partir de la implementación de la Ley Provincial promulgada este año. «Nuestros afiliados querían saber esto porque muchos que estaban en condiciones de obtener esta extensión laborar por su antigüedad y residencia no fueron llamados», cuentan desde el gremio local.
Durante la reunión, cuentan desde la UPG, se dejó en claro que el Jefe del Operativo de Seguridad en Playa es Andrés Kepinski, con quien -afirman- no tienen una buena relación. «Nos enteramos que el nuevo jefe era una persona con la cual en todos estos años no pudimos dialogar por sus diferencias gremiales y por las agresiones que tuvo para con nuestros afiliados, pero a pesar de esto quisimos desde el diálogo construir una nueva etapa porque consideramos que es la única manera», plantea Sebastian Cabanchik.
Además, el secretario general de la UPG afirma que acusaron a Kepinski de ejercer «discriminación gremial» y, por lo tanto, cuestionaron que desempeñé el cargo ya que consideraban continuaría con la misma metodología que denuncian.