La investigación por el hallazgo de cráneos y huesos humanos en el terreno de una casa en la localidad de Ostende, en Pinamar, avanzó y la justicia tiene en la mira a una mujer de 62 años quien, de acuerdo a los vecinos, es una bruja que se mudó meses atrás a la ciudad de Bolívar.
La pesquisa está a cargo de la UFI N° 5 de Pinamar, a cargo del fiscal Sergio García, quien en diálogo con Infocielo brindó detalles del expediente judicial.
El fiscal detalló que luego de encontrarse 12 cráneos y unos 200 huesos el 1° de marzo pasado en un terreno de la calle Argel y Ayacucho de Ostende, continuaron las excavaciones con peritos antropólogos de La Plata y finalmente se encontraron 38 cráneos y unos 300 huesos, además de imágenes de santos.
Todo se descubrió cuando el dueño de una casa comenzó a cavar el terreno para levantar una medianera lindera a un lote que había sido recientemente vendido.
García explicó que “todo parece indicar que son cráneos y huesos de vieja data, pero colocados en bolsas más recientes”.
Vecinos declararon en la causa y sostuvieron que en la casa donde se hallaron los cráneos y huesos vivía hasta hace unos meses una mujer que ejercía la hechicería, la que se mudó a Bolívar.
En las excavaciones los peritos incautaron elementos que coinciden con el relato de los vecinos en el sentido de que en el lugar se efectuaban brujerías.
El fiscal García ordenó allanar la vivienda de la presunta bruja en Bolívar y en el registro se incautaron libros de hechicería.
Para el fiscal los cráneos y huesos fueron sustraídos de cementerios de la zona y por ese motivo pidió un informe de estas entidades para que indiquen si advirtieron tumbas violadas.
El aporte clave de vecinos
Vecinos reportaron que la presunta bruja “tiraba las cartas”, que era una mujer extraña y que siempre ofrecía realizar hechicerías de amor.
El fiscal detalló que el análisis de los huesos está en manos de los peritos antropólogos de La Plata y adelantó que no se trata de cuerpos completos.
Además, el funcionario judicial indicó que entre los cráneos secuestrados había uno de un mono y otro de un niño o niña.
También trascendió que la presunta bruja le había prohibido al vecino a “levantar” la medianera, lo que afirmaría la hipótesis de que ella sabía de la presencia de los cráneos y huesos bajo tierra.