En este momento, una alimentación adecuada, cumple un rol fundamental para mantener el bienestar. La clave esta en conocer algunas pautas nutricionales y realizar una compra inteligente, para maximizar la eficiencia de las preparaciones culinarias.
Es fundamental, garantizarle al cuerpo los nutrientes esenciales que necesita para las funciones vitales, es por eso que debemos prestar atención a que alimentos elegir al momento de comprar. No debemos olvidar que durante este período es muy probable que nuestro gasto calórico disminuya. Por lo que debemos de planificar una dieta ligeramente hipocalórica para evitar subidas indeseadas de peso. A continuación, te indicaré los alimentos que debes de comprar para superar este etapa.
La compra de las conservas presentan una ventaja fundamental respecto al resto de los alimentos disponibles en el mercado: su vida útil. Podemos conseguir una buena fuente de proteína de alta calidad (sobre todo proveniente de pescados) para ir distribuyendo en nuestras preparaciones diarias. El aporte proteico es clave para impedir la destrucción muscular. Además, en conserva también podemos encontrar fruta y algunas verduras. Si podemos conseguir en la verdulería fresca, es una opción muchísimo mas sana.
– Frutas y verduras: Refuerzan nuestro sistema inmune, generando de esa forma más defensas, recordá que cada color distinto aporta vitaminas y minerales diferentes lo cual es importante para un buen estado de salud. Al igual que las conservas, cabe destacar que la congelación de los vegetales mantiene intactas sus propiedades nutricionales. Solo se verán ligeramente modificadas sus propiedades organolépticas. Pero si los conseguimos frescos, sería una buena opción para preservar los nutrientes.
– Granos integrales: Son claves para asegurar el buen funcionamiento del mecanismo de la saciedad, y permitir un tránsito intestinal normal, nos aportan fibra de manera natural. Estos podrían ser arroces, quinoa, pasta integral y las legumbres.
– Lácteos: Puede ser leche de diversos orígenes animal o vegetal para cubrir los requerimientos de calcio que nuestro cuerpo necesita. Este mineral está relacionado, entre otras cosas, con la transmisión del impulso nervioso y con la salud ósea. La ingesta de yogurt, nos aporta probióticos, que supone una de las primeras barreras de defensa contra organismos patógenos según los estudios.
– Huevo: Es una fuente de hierro y acido folico, en el caso de consumir carnes, pero de no poder adquirirlas sería un buen reemplazo de dichos alimentos.
– Agua: No debemos de olvidarnos de una buena ingesta de agua durante este período. Por este motivo, es fundamental asegurarnos de beber suficiente cantidad de líquido a lo largo del día.
La deshidratación puede traer complicaciones graves de salud, además, complica la termorregulación del organismo.
Un factor que no debemos olvidar es que en estos momentos donde estamos más tiempo pensando, suele aparecer la ansiedad, que no es lo mismo que el hambre, lo importante sería identificarlo, para poder sobrellevarlo, la ansiedad es esa sensación de querer que pase el tiempo y otorgarle un placer al cuerpo, común frente a esta situación de estrés. Acá solemos abrir los cajones y la heladera, para ver que encontramos. Es por eso que es necesario mantener los horarios regulares de las comidas, para evitar que la ansiedad aumente y recaer en comer alimentos que no son necesarios.
Y, por último, recordá que todos aquellos alimentos que ingreses al hogar, deben ser higienizados correctamente, para poder ser almacenados y utilizados.
JOHANNA F. LÓPEZ-
LIC EN NUTRICIÓN MN 7125 MP 2644
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