La asfixia por inmersión, ya sea en una pileta o en el mar puede provocar la muerte súbita por asfixia. Pasados los 4 minutos, la falta de circulación de sangre y oxígeno comienza a dañar los llamados “órganos nobles”, como el cerebro. Y por cada minuto posterior al estado de muerte súbita disminuyen en un 10% las posibilidades de sobrevida.
“Las posibilidades de sobrevivir a un cuadro de muerte súbita por ahogo están ligadas al conocimiento preciso, por parte del guardavidas, de las maniobras de resucitación cardiopulmonar, que permiten reanimar a estas personas y mantener la irrigación hasta tanto llega la ambulancia”, explicó el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia.
En su formación inicial, los 1.900 guardavidas que se ocupan de los rescates en los balnearios de la Costa Atlántica provincial, aprenden maniobras de resucitación cardiopulmonar. “Pero puede ocurrir que durante años no tenga que emplearlas”, dijo Oscar Caputo, titular de la Comisión Provincial de Guardavidas, que depende de jefatura de Gabinete.
Por eso, agregó, “decidimos generar jornadas de actualización que serán obligatorias, teóricas y prácticas, con muñecos que simulan la situación real; lo que permite mejorar la técnica y mantener a los guardavidas entrenados porque, en muchos casos, salvar la vida de una persona depende de estos conocimientos”.