La clausura la llevó adelante hoy al mediodía, viernes 14 de marzo, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), luego de una extensa investigación sobre el boliche marplatense.
Sobremonte facturó más de 3.300.000 pesos en menos de 3 meses y realizaba de manera sistemática la maniobra durante los últimos años.
La clausura podría extenderse hasta tanto los responsables del local bailable no regularicen su situación. Además la AFIP denunció a los propietarios y al contador José Luis Gallinal por asociación ilícita fiscal.
La causa quedó radicada en el Juzgado Federal Nº 1, Dr. Alejandro Castellanos, secretaría a cargo de la Dra. Dolores Moreno.
¿Cómo era la maniobra?
Se utilizaba personas de bajos recursos económicos para ponerlos al frente de sociedades, que en definitiva, ocultan a los verdaderos dueños del boliche y que facturan cifras millonarias por su explotación. Además el cambio sistemático de sociedades entorpece la fiscalización de la AFIP y ocasiona un grave perjuicio en términos de evasión impositiva y previsional.
¿Qué detectó la AFIP?
Las sociedades que supuestamente explotaban el boliche Sobremonte cambiaban sistemáticamente. Tanto es así que hasta el 10 de enero de 2014 la venta de entradas y la gastronomía era explotada por la firma Mangiato SA y cuando está comenzó a ser fiscalizada en el operativo verano 2014, inmediatamente cambiaron la titularidad a una nueva sociedad pantalla: Repque SA., de reciente inscripción y sin antecedentes en la actividad.
En tanto la firma Zermatel SA era quien explotaba el predio y pagaba el canon municipal.
¿Quiénes son las personas utilizadas para la maniobra que figuran como socios?
Repque SA está integrada por Roberto Obertti, un vigilador que cobra 1.500 pesos por mes y no está inscripto ante la AFIP. Trabaja para la empresa que le brinda seguridad a Sobremonte.
Su “socio” es Emilio Carabajal, que es empleado de Haras Los Alamitos S.A., con un salario promedio de $1.800 mensuales. Llamativamente una de las titulares de esa sociedad es Elsa Beatriz Requi, madre de Eduardo Miguel Aracil, quien resulta ser uno de los verdaderos dueños de Sobremonte.
Por su parte, Zermatel SA está integrada por Alejandro Fernández de oficio albañil; Elias Guzmán que ni siquiera vive en Mar del Plata y su último empleo declarado era en una fábrica de autopartes y Horacio González, jubilado y monotributista que se dedica al revestimiento de paredes y pisos e instalaciones de carpintería. Tiene un local que se lo alquila al socio del contador Gallinal, el artífice de la maniobra de evasión.
Mangiato SA está integrada por Carlos García y Gustavo Cella, ambos monotributistas.
Cella se encontraría trabajando en la distribuidora mayorista Hergo, grupo empresario integrado por la firma Hiller SA que también resulta cliente del contador Gallinal
Anterior a Mangiato, Destination Boulevard SA era la firma que explotaba la gastronomía en el boliche y estaba a nombre de Nicanor García, un jubilado del Chaco que, ante la visita de los inspectores de la AFIP, declaró que ni siquiera conoce Resistencia, mucho menos Mar del Plata, y por supuesto, nunca supo que era uno de los dueños del importante Complejo Sobremonte.