La tía de Tomás, Gabriela Campero, narró que el domingo pasado, 7 de enero, llegaron al balneario a media mañana, eligieron la carpa, vieron el tirante caído en el piso y los empleados del lugar lo acomodaron. Poco después, el viento provocó la caída la madera que termina impactando contra la cabeza del nene.
«El nene se quedó llorando y estaba en shock. Lo llevamos a la guardia de San Clemente y allí, los profesionales de la salud nos dijeron que debíamos trasladarlo a Mar de Ajó por la complejidad de las heridas», relató la mujer.
Sobre el cuadro de Tomás, el director del Hospital de Mar de Ajó, Marcelo Melgarejo, describió: «ingresó con un traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento, además de las radiografías se le hace una tomografía y presenta un trazo de fractura a nivel del hueso occipital, estable, no desplazada y sin lesión cerebral acompañante».
Tras las 72 horas que estuvo internado en observación, continuó el profesional, «fue dado de alta hospitalaria, tiene que seguir con control ambulatorio, (pero) se encontraba clínica y neurológicamente compensado».
Los responsables del balneario le dijeron a la familia de la víctima que estaban «exagerando» la situación y que «sólo fue un accidente». También se negaron a entregar una factura que constate el alquiler de la carpa y aseguraron que no tenían seguro, afirmó Gabriela Campero en declaraciones a Crónica.