Es una gran ayuda el hecho de tener tecnología y las redes sociales, con ellas el fútbol dejó de ser un simple partido lleno de emociones en la cancha a ser un acontecimiento digno de película y con momentos extra-futbolísticos, donde se relatan historias de vestuarios, anécdotas de prácticas que quedarán en el recuerdo y por supuesto: hechos con los fanáticos que serán eternos en las memorias de cualquier seguidor del deporte más llamativo del mundo.
Entre estos hechos, muy pocos olvidarán lo que aconteció un mediodía mexicano el 17 de junio de 2018, donde la selección nacional enfrentaba a la campeona del mundo en el debut del grupo F del Mundial de fútbol de Rusia y las espectativas de un partidazo existían solo para los miembros y periodistas del conjunto verde. Para todos los demás, el partido se veía como mero trámite, y todo apoyado en por las apuestas a favor de los teutones, que eran candidatos a golear y quedarse con el liderato.
Arrancaban las emociones y poco a poco la selección de Juan Carlos Osorio callaría más de mil bocas en esos 45 minutos perfectos, con un equipo que no solo pudo jugar de tú a tú contra Mesut Ozil, Sami Khedira, Manuel Neuer, Timo Werner o Thomas Mueller sino que además al llegar al minuto 35 el Chicharito le marcaría el pase definitivo al “Chucky” Lozano en un contraataque, para que el extremo del PSV marcara el único tanto del juego y el acontecimiento más célebre para un país norteamericano de CONCACAF: su equipo triunfo sobre la campeona del mundo, la dos veces tercer lugar en 2006 y 2010 y la subcampeona en 2002.
Por supuesto, el sentimiento durante esa celebración fue gigante y digno de una batalla, pero nada superaría a ese minuto 35 donde el festejo supuso un terremoto artificial en la plaza del Zócalo en el centro de la Ciudad de México. Este terremoto del fútbol sin duda quedará para la historia donde 70 mil personas hicieron temblar una plaza con sus saltos (según lo registrado por el SIMMSA), y guardará una anécdota preciosa que será contada por los participantes de generación en generación.
Para el “Tri” no hubo más milagros dentro de esa edición del torneo: cayendo en octavos ante una gran Brasil y con el juego anulado, el equipo volvía a casa con esa maldición de fase eliminatoria que continuaba persistente. No obstante, todos los que vistieron la escuadra verdiblanca ese día recordarán un hito histórico para la historia futbolística de la nación, donde dirigidos por un colombiano fueron capaces de hacer temblar al que los hace temblar a todos y dar el primer paso que supondría su eliminación más temprana del torneo donde son los madamases. Pero así es el fútbol y así son sus terremotos, simplemente te sorprenden.