Un matrimonio encontró una serpiente bajo un pino mientras trabajaba en su jardín. El animal, que fue trasladado a una zona segura, resultó ser una falsa yarará, una especie inofensiva que suele confundirse con la venenosa.
En las primeras horas de este domingo, un matrimonio de Nueva Atlantis se llevó una sorpresa mientras realizaba tareas de jardinería: bajo un pequeño pino, entre rosales y pasto húmedo, encontraron una serpiente inmóvil que llamó su atención.
Según relató la vecina en una publicación en redes sociales, el hallazgo se produjo por casualidad cuando cortaba unas flores. Su esposo, con calma, decidió trasladar al reptil hacia una zona descampada cercana, para evitar riesgos tanto para el animal como para las personas.
El episodio ocurrió en las inmediaciones de Drago y La Marejada, un sector donde los habitantes aseguran que “no es la primera vez” que se observan ejemplares similares. Vecinos de la zona mencionaron la abundancia de roedores conocidos como “tucu tucu”, alimento habitual de varias especies de serpientes que habitan en el litoral bonaerense.
Los especialistas identificaron al ejemplar como falsa yarará (Xenodon merremii), una serpiente no venenosa, aunque de aspecto muy similar a la yarará verdadera (Bothrops jararaca), que sí tiene importancia médica. La confusión suele deberse a su comportamiento defensivo: cuando se siente amenazada, la falsa yarará aplana el cuerpo y triangula la cabeza, adoptando una postura intimidante que recuerda a las víboras venenosas. Incluso puede erguir parte del cuerpo, desplazándose como una pequeña cobra.
A pesar de su fama, los herpetólogos recomiendan no matarla ni intentar manipularla. “Aunque no es peligrosa, es un animal irritable; si se la deja tranquila, no representa ningún riesgo”, explican. También se la conoce como “sapera”, porque su dieta se basa principalmente en sapos y ranas, lo que la convierte en una aliada del equilibrio ecológico local.
El matrimonio que la halló destacó la importancia de actuar con precaución, pero sin alarmismo. “La llevamos al campo para que siga su camino. No queríamos hacerle daño”, contó la mujer.
El avistamiento, compartido en el grupo vecinal de Facebook, reavivó la conversación sobre la presencia de reptiles en la zona sur del Partido de La Costa, donde los lotes con pastizales y humedad favorecen su aparición. Los expertos recuerdan que, ante la presencia de una serpiente, lo ideal es mantener distancia, no intentar capturarla y comunicarse con Defensa Civil.
En este caso, la historia terminó bien: la falsa yarará volvió a su hábitat y los vecinos, un poco más informados, aprendieron a distinguir entre el miedo y el respeto por la naturaleza que también habita sus jardines.



