En la cuenta regresiva para la llegada de los turistas, el parque Termas Marinas ya presentó su protocolo para poder recibir a los visitantes con todas las medidas sanitarias correspondientes.
Así lo explicó Martín Lescano, gerente general del parque: “Va a ser una temporada por demás atípica, estamos muy cerca de diciembre y todavía hay más incertidumbres que certezas en muchas cosas. Nosotros cerramos el 13 de marzo. A partir de julio pudimos volver a venir al parque porque necesita mucho mantenimiento en infraestructura, jardinería porque si se viene eso abajo es mucho más difícil”.
Respecto de las expectativas de cara a lo que viene, apuntó: “Necesitamos tener una temporada estable que nos permita pasar sin mayores sobresaltos el invierno del año que viene. No tenemos fecha de apertura precisa, tenemos presentado nuestro protocolo y estamos esperando su aprobación, estimamos que vamos a abrir en el mes de diciembre”.
“Si bien las medidas generales son las mismas, como la distancia social, uso de tapabocas, la higiene permanente de manos, luego cada lugar tiene sus particularidades, que fue lo que trabajamos este tiempo. Compramos una cámara termográfica para hacer el control de temperatura en el ingreso del parque, se está hablando de que la capacidad del parque se debe reducir a un 50 por ciento en ese sentido tenemos la ventaja de que contamos con muchísimo espacio verde y todas las actividades son al aire libre por lo que en materia de aforo no debería haber inconvenientes”, expresó.
Sobre los protocolos en los ambientes compartidos, detalló: “Las piscinas van a tener su propio aforo en base a los metros cuadrados, vamos a implementar un sistema de turnos y horarios a través de pulseras que les vamos a colocar a los visitantes con determinados colores para regular el ingreso a las piscinas. Los turnos van a ser de media hora, en ese lapso se van a poder usar todas las piscinas, cuando se termina el turno de ese color deben salir y hacer cualquier otra actividad en el parque y empieza el turno de media hora en las piscinas para otro color de pulsera. Las piscinas de adentro no serían cerradas porque están cubiertas con carpas estructurales, por lo que podemos asegurar la ventilación en esos espacios simplemente levantando las lonas”.
A esto le sumó: “Planteamos la posibilidad de tener un vestuario seco, no habilitar las duchas que sería lo que genera el foco de contagio, pero que la gente pueda usar ese espacio para cambiarse y utilizar los lockers. De no ser así la gente tendría que venir con su malla puesta. Obviamente en el vestuario se puede garantizar la distancia social y el aforo correspondiente, con una persona controlando y sanitizando las áreas comunes. Son cosas que nosotros hacíamos habitualmente pero ahora debemos incrementarlas”.
Otro de los aspectos importantes es el caso de que algún visitante presente síntomas: “La persona que tenga síntomas no va a poder ingresar, si compró la entrada de forma anticipada se acordará una nueva fecha de visita o se reintegrará el dinero. Si manifiesta sus síntomas durante su estadía, nosotros contamos con un consultorio médico y en forma contigua vamos a hacer una zona de aislamiento preventivo para derivar a cualquier persona que sea caso sospechoso hasta que nos comunicamos con las autoridades sanitarias y acataremos sus órdenes”, señaló.
Por último, destacó que “el recurso termal nuestro nos diferencia muchísimo del resto. La mayoría de las termas en Argentina son de agua dulce, la nuestra es de agua salada y, de acuerdo a su composición, tienen mucho cloruro. Si bien las piscinas de agua dulce se cloran para matar cualquier tipo de virus, en el caso nuestro el agua de por sí es clorada. El virus no podría sobrevivir en las piscinas. Tenemos un informe que avala el hecho de que el virus no se puede transmitir por el agua debido a sus características naturales”.