La pieza protagonizada por Analía Server y Alejandro Cacciabue, y dirigida por Rubén Spinacci, cuenta la historia de dos hermanos, Ángel, un muchacho con capacidades diferentes, con una mente casi infantil, pero con una lucidez que le permite darse cuenta de ello y percibe el mundo que le ha tocado vivir, con agudeza. Y Eva, quien vive y actúa en un burdel de muy bajo nivel en medio de una ruta, alternando con la prostitución para subsistir y mantener a su hermano. Esa convivencia, desgarrándose en pedazos cotidianamente llega, muchas veces, a situaciones límites.
La desolación que alberga en el alma de los personajes, los fragmenta, conformando un universo de abismos profundos, donde late el abandono, el sacrificio y el amor, que en un acto supremo, libera -a través de la entrega de la propia vida- la redención.
En la pieza coexisten dos prisiones, una, la que protagonizan los hermanos, la otra, la opresión de un «cafisho» que explota a Eva en ese espacio liberado, «protegido».