El policía Claudio Estigarribia, acusado de violar sistemáticamente a su hijastra de 15 años desde que tenía 7 en la localidad de General Madariaga, se entregó a la Justicia y quedó detenido.
Estigarribia se presentó acompañado por su abogado defensor en una comisaría de Pinamar y fue trasladado a la Unidad 44 de Batán, la única en donde funciona un pabellón para exmiembros de las fuerzas de Seguridad.
El acusado se negó a declarar y, además, se le tomará una muestra de saliva para obtener su ADN. La evidencia será clave para cotejar con el relato de la víctima, quien aseguró haber sido atacada una última vez por su padrastro antes de hacer la denuncia y tener material genético suyo tanto en las sábanas como en su ropa interior.
De acuerdo a la acusación, los abusos contra la hijastra se extendieron durante ocho años, cada vez que la madre de la menor se iba a trabajar y la dejaba sola con su pareja. La chica soportó en silencio su calvario casi una década hasta que, el lunes 23 de este mes se animó a contarle a su mamá lo que le ocurría.
Tras realizar la denuncia, la Justicia imputó al oficial por el delito de abuso sexual quíntuplemente agravado por tratarse de una menor de 13 años la víctima, por los ataques reiterados, por ser gravemente ultrajantes, por ser el encargado de su guarda y educación y por la relación de convivencia contra su hijastra.
Días atrás, mientras todavía estaba prófugo, el acusado se comunicó por teléfono con su exesposa y madre de la víctima y se refirió a sí mismo en esa conversación como un “monstruo”.
“Voy a estar 30 años preso por una aberración. Soy un monstruo”, se lo escucha decir al policía en el audio que fue difundido por medios de General Madariaga.
Mientras el policía le insistía a la mujer para que lo perdonara, ella lo presionaba a su vez para que le dijera en dónde estaba. Después de esquivar la pregunta en varias oportunidades, Estigarribia manifestó que hizo dedo hasta que un conductor aceptó llevarlo y lo dejó “lejos” en una ruta.