Datos difundidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que las malformaciones congénitas provocan más de 270 mil muertes por año a nivel mundial, son la segunda causa de muerte infantil detrás de los trastornos respiratorios y cardiovasculares, informó Telam. Afectan a 1 de cada 33 recién nacidos y son las causantes de más de 3 millones de discapacidades.
A pesar de los datos alarmantes, la mitad de estas anomalías y/o muertes se pueden prevenir por lo que la dirección de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud bonaerense acaba de poner en marcha un Programa de Salud Congénita.
El programa consta de cuatro pilares: una campaña de difusión para que las parejas que esperan tener hijos sepan cómo prevenirlas, capacitar al equipo de salud para que puedan diagnosticarlas y tratarlas rápidamente, crear una red de derivación de embarazadas de riesgo y elaborar un registro de casos.
Vacunarse contra la rubéola, evitar ciertos medicamentos, no tomar alcohol ni drogas durante el embarazo, alimentarse en forma saludable, tomar hierro y ácido fólico antes, durante y después de la gestación, planificar el embarazo antes de los 35 años son algunas de las medidas que pueden evitar una malformación congénita.
“Con buena información, toda mujer queda en condiciones de poder elegir cómo actuar para su propio bienestar y el de su hijo”, explicó el ministro de Salud, Alejandro Collia, quien remarcó que “es clave que las mujeres comprendan que es menos riesgoso tener hijos antes de los 35 años, porque se reducen muchos riesgos, por ejemplo, el de tener un bebé con síndrome de Down”.
De todas las anomalías congénitas, las más frecuentes afectan al corazón, por eso en la Provincia «estamos haciendo diagnóstico temprano y operando gratis con el aporte del programa nacional de cardiopatías”, explicó Collia.
Además, el Ministerio de Salud alertó sobre el consumo de alcohol en cantidad entre los jóvenes, que suele ser motivo de todo un espectro de anomalías congénitas que puede incluir desde cardiopatías, microcefalia (reducción de cabeza y cerebro), retardo mental y hasta problemas de conducta en el niño.