Ante la aparición de intoxicaciones, desde la Secretaría de Salud de La Costa pidieron no recolectar algas, moluscos y/o mariscos en las playas para el consumo familiar o para preparaciones caseras.
A esto le sumaron la importancia de respetar las disposiciones, ordenanzas y avisos públicos de vedas a la extracción y consumo de moluscos y no adquirir ni consumir preparaciones elaboradas con mariscos (conservas, ensaladas, paellas, entre otras) en puestos o locales que no tengan habilitación bromatológica.
Las biotoxinas marinas son sustancias de diversa composición química, sintetizadas principalmente por organismos marinos unicelulares, y que a través de diferentes mecanismos de acción tienen efectos tóxicos sobre otros seres vivos.
Los síntomas y signos de una intoxicación tanto en humanos como animales son muy variables y dependen de la susceptibilidad individual y la cantidad ingerida y requieren un tratamiento de sostén inmediato. En casos graves el comienzo de los síntomas puede ser a los 5 – 10 minutos, aunque normalmente el periodo de latencia es de 30 minutos a tres horas.
Las consecuencias más comunes en animales son salivación, vómitos, incoordinación, debilidad muscular en las extremidades, convulsiones, dificultad respiratoria, lo que puede concluir en paro cardiorespiratorio y muerte.
En personas, sensación de adormecimiento, hormigueo peribucal y/o en lengua; la evolución puede variar según el tipo de toxina involucrada con parestesias (sensación de hormigueo) generalizadas, cefalea, mareos y parálisis ascendente hasta la parálisis respiratoria y muerte.
En el caso de animales, como perros que pasean por las playas de la costa marítima, pueden ingerir ciertos invertebrados que fueron arrastrados por las mareas desde el fondo del mar y depositados en las orillas, a veces mezclados entre macroalgas. Esos invertebrados (estrellas de mar, cangrejos, babosas de mar, caracoles, pequeños bivalvos como mejillones o almejas, y otros) pueden contener biotoxinas marinas y ser la causa de cuadros neurotóxicos agudos cuando los animales los ingieren.