Dos de los nueve policías detenidos por el homicidio de Alejandro Martínez, ocurrido en la Comisaría de San Clemente, declararon ayer en el marco de la investigación del hecho y aseguraron que no lo golpearon ni forcejearon con la víctima, informaron fuentes judiciales a la agencia Telam.
Los efectivos Maximiliano Munche y Sandro Mujica, imputados por el delito de “homicidio agravado por ser cometido por un miembro integrante de la fuerza policial abusando de su función”, declararon ante el fiscal que interviene en la causa, Martín Prieto, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Partido de la Costa, y solicitaron además la presencia del juez de Garantías David Mancinelli.
Fuentes judiciales indicaron que ambos detenidos, que se habían negado a ser indagados días atrás por el fiscal que intervino inicialmente, Pablo Gamaleri, aseguraron en esta oportunidad que “nunca” golpearon a Martínez (35) ni forcejearon con él.
Estas declaraciones se produjeron luego de que la segunda autopsia realizada sobre el cuerpo de la víctima, quien fue hallada sin vida en una comisaría de San Clemente el último 18 de noviembre, recibió golpes compatibles con patadas efectuadas con borceguíes y bastones policiales.
Los efectivos aseguraron además que vieron al hombre bajo lo que entendieron que eran efectos de estupefacientes, “delirando” y “diciendo incoherencias”.
A su vez, pusieron en duda el testimonio de otro detenido alojado en ese momento en la seccional, que apuntó en línea con la hipótesis del homicidio, y cuestionaron “la veracidad” de sus dichos.
En el marco de la causa, brindaron declaración hasta el momento las cuatro mujeres policías detenidas -tres de ellas lo hicieron el último lunes-, y el agente Miguel Boulos, quien aseguró el último martes que estaba en la comisaría la madrugada del hecho, pero no estaba a cargo del calabozo donde estaba alojado Martínez.