Fernando Ávila es un radical de cuna, orgánico que aspira a que se definan los actores de cada partido y así posibilitar que los procedimientos den lugar a las realizaciones. Por momentos algunos procesos se aceleran mientras otros se ralentizan, tal es el caso de todo lo que se desprende durante la previa a las elecciones.
“Como siempre hay un trabajo mancomunado con el Pro y a nivel legislativo y que como es lógico hay otro tono entre el vínculo producto de los tiempos pre electorales cuando hay que armar lista. Ello, creo que ocurre en todos los distritos donde el radicalismo pretende lugares y hay normas a cubrir” dice y profundiza el criterio.
“Una de las cosas que pretendemos es libertad de acción. Por lo que estuve hablando con algunos referentes nos van a dar esa libertad. Lo veremos en el comité y negociaremos. Creo que como partido somos los que más sentido tenemos. Vengo de un partido donde mi padre, mis abuelos pertenecieron al mismo. Yo no voy a ir a armar otro partido porque el radicalismo no me queda cómodo. Creo que a veces es una debilidad porque uno queda acotado a ciertas condiciones a nivel nacional o provincial, pero por otro lado es una fortaleza, porque nos sentimos respaldados por la institución”, dice Ávila.
Su comentario es atinado ya que el radicalismo vivió momentos pendulares donde por momentos parecía ser diluido por el Pro y en otros se lo veía recuperar el protagonismo maduro de siempre.
“Nosotros no tenemos una plataforma que la armamos en 30 días, sucede que tenemos una trayectoria”, afirma de manera rotunda.
Lo cierto es que todavía no hay nombres por diversos motivos que aún no tienen definición y sí, se habla de posibles escenarios.
“Me encantaría poder lograr la nueva municipalidad, algo que ya es obsoleto, la ley de edificaciones sustentables donde se estimule a los desarrolladores, que piensen en ahorrar energía, en ahorrar agua, que las construcciones sean más sustentables”, sintetiza Ávila en relación a lo que aspira para el fin de su período legislativo.



