La histórica sudestada que azotó a la Costa Atlántica el miércoles generó serios destrozos en todo el frente costero y en San Clemente del Tuyú se llevó consigo una casa que era parte de la historia de la localidad.
El portal Faro Noticias contó la historia de esta casa donde los vecinos que se juntaban para jugar al truco, pescar, comer un asado o tomar unos mates. Pero hubo un hecho que la convirtió en emblemática y trascendió los límites de Playa Grande, allí se filmó la película El Premio.
El filme y el movimiento de actores, realizadores, camarógrafos, técnicos, asistentes, y todo el movimiento que genera la filmación de un largometraje, fueron tejiendo otras historias, a la vez que se recreaban las circunstancias que dieron vida al guion de la película: su directora había vivido en San Clemente del Tuyú junto a su madre, en tiempos de la dictadura militar y el filme narra las vivencias de una niña viviendo en situación de ocultamiento, ya que su madre temía que se las llevaran los militares.
El filme abrió un profundo debate en San Clemente del Tuyú sobre los oscuros tiempos de la dictadura militar y afloraron negros recuerdos guardados en el inconsciente colectivo; protagonizado por alumnos, docentes y vecinos de la localidad, su estreno colmó en varias funciones las instalaciones del Cine Tuyú.
El derrumbe de la casa pudo terminar en una tragedia. Cuando vecinos acudieron al lugar viendo que el agua podría ingresar en la vivienda, uno de ellos -Jorge- a quien Roberto le había dejado una llave, no podía abrir la puerta. Entonces pidió a su esposa Miriam, que fuera hasta su casa a buscar herramientas para romper la puerta y luego arreglarla, y así poder ingresar.
Cuando Miriam se disponía a ir en busca de una masa y un cortafierro, «ya está le dijo» Roberto, se abrió la puerta y automáticamente se derrumbó la vivienda. Dice que otra vecina que también había ido a ver si podía ayudar en algo, “sintió que el piso se movía y se alejó rápidamente, en ese momento se cayó la casa”.
Alicia, Judith y Cristian, vecinos de Playa Grande, también fueron a ayudar a tratar de rescatar lo poco que quedaba de la casa, apenas un freezer, una garrafa, un mediomundo, un colchón y alguna otra cosa de valor. “Todo lo demás, sillas, mesas, camas, cañas de pescar, todo lo que había en la casa, flotando entre las olas. Una cosa muy triste”, contó Miriam a Faro Noticias.