Cada 4 de febrero en la Argentina se celebra el Día Nacional del Guardavidas en homenaje a Guillermo “Chino” Volpe, el primer rescatista muerto al intentar salvarle la vida a un bañista que se estaba ahogando en una playa de Mar del Plata, ese día del año 1978.
Así, mientras al año siguiente, sus colegas decidieron instituir la fecha como un homenaje a los guardavidas argentinos, una década más tarde se estableció oficialmente el Día del Profesional del Rescate Acuático.
El trágico episodio tuvo lugar en Playa Grande, cerca del Instituto de Biología Marina, cuando al observar que un adolescente se estaba ahogando, el joven guardavidas de 22 años salió lanzado como puntero junto a otros compañeros.
Una vez terminado el rescate con éxito, todos volvieron a la costa, a excepción del “Chino”. Lamentablemente al mediodía del 8 de febrero dos pescadores encontraron, a la altura de la Escollera Norte el cuerpo sin vida de Volpe.
Horas más tarde, la autopsia determinó que había muerto de un infarto cuando estaba intentando rescatar al adolescente que se ahogaba. Así, tristemente, el valiente héroe se convertía en el primer guardavidas argentino fallecido en medio de un rescate.
El 4 de febrero del año siguiente, sus colegas organizaron un homenaje en su memoria. Desde esa primera conmemoración, ininterrumpidamente, se mantiene esa tradición: cada 4 de febrero, se realiza un acto- homenaje en el que se depositan ofrendas florales en el monolito que recuerda a Guillermo Volpe, ubicado en la entrada del balneario donde perdió la vida en cumplimiento de su deber.
Además, el evento incluye una exhibición de rescate competitivo a cargo de rescatistas certificados, a la vez que una de las tradiciones más representativas de esta celebración es la llamada “Antorchada”, actividad durante la cual cientos de guardavidas en diferentes playas y balnearios de la costa argentina ingresan al mar sosteniendo una antorcha encendida. La ceremonia culmina con la realización de una misa.